lunes, 7 de diciembre de 2009

FRIGILIANA, SEMANA SANTA 1975

Fragmentos del Programa de Semana Santa del año 1.975, copiados textualmente.

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COFRADIA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO (1762-1810)

De entre los libros que poseemos, los cuales nos manifiestan que nuestras Cofradías existen desde hace mucho tiempo, hemos escogido uno (.....): "Libro de fundación, constituciones y cabildos de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario", en el cual nos encontramos unas cosas bastantes curiosas.
Nada más abri
rlo vemos la primera página muy adornada con dibujos de color verde y marrón, los cuales siguen, aunque menos, en todas las páginas que corresponden a las constituciones.
Esta Cofradía fue fundada en el mes de Febrero de 1.
762, siendo cura de nuestra Parroquia don Tomás Miguez de Arana; también se encontraban presentes en esta fundación los Sres. don Josph Miguel Gutierrez, Teniente de Beneficiado; Joseph de la Rosa, Sacristán; don Francisco Perdiguero; don Andrés de Villasclaras; don Francisco Montilla; don Blas Ximenez; don Francisco Raía Recio, don Juan de la Rosa; don Francisco Fernández; don Juan Joseph Rodríguez; don Francisco Navas Mancilla; don Juan Hermoso; don Miguel Hermoso; don Miguel de Navas Ximenez y otros. Estos señores eran hermanos de la Cofradía y todos reunidos acordaron crear las Constituciones de la misma. En total eran quince Constituciones.

Después de leerlas todos hemos sacado en claro los siguientes puntos:

1º) - Podía pertenecer a ella todo el que quisiera, pagando de entrada un real para gastos de la Cofradía.
2º) - Que todos los Cofrades tenían que abona
r real y medio todos los años para gastos, procesiones y misas de los hermanos difuntos.
3º) - Que si a alguien se le expulsaba de la Cofradía, para poder entrar de nuevo tenía que pagar lo atrasado más veinte reales de vellón para gastos.
4º) - Tenían un gran culto a los muertos, incluso le r
ezaban el Santo Rosario en la puerta del hermano(a) difunto, además para ir al entierro o rezar el Rosario si no era cofrade tenían que pagar veinte reales.
5º) - Cada año se hacía un cabildo en el que se elegían a los hermanos mayores, pero solo por dos años. Si se elegía a uno y este no quería ser se le expulsaba de la Cofradía sin podersele admitir de nuevo.
6º) - La Cofradía tenía que hacer además de sus procesiones, seis más, sacando a la "Reina de los Ángeles", por todas las calles del pueblo, estas eran en unas fechas claves. Por cada una de éstas, excepto la del día de la Purísima, se pagaban quince reales.
7º) - Si después de todos los gastos, sobraba algo, el día de la Purísima, la última fiesta que celebraba la Cofradía, se hacía una fiesta solemne.

Otra parte del libro son los Cabildos de los cu
ales conservamos datos hasta 1.810.
En todos ellos podemos observar que empiezan con la fecha y otra cosa característica es que convocan a cabildo
a toque de campana; y esta convocatoria solo para una serie de señores. Siempre estaba presente el Sr. Cura Beneficiado de nuestra Parroquia. Los dos hermanos mayores daban cuenta de las limosnas y luminarias (velas) que habían entrado en el año anterior. Una vez terminado esto se proponían a cuatro de los hermanos presentes para ser elegidos Hermanos Mayores, de los cuales tenían que salir dos.

Escribió:
Javier López Agudo

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HA LLEGADO UN SACERDOTE

Escribe: Antonio Dámaso Jaime Jiménez



De nuevo nos visita la Cuaresma; otra vez vamos a contemplar la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios. El es el protagonista y se haya representado por el Sacerdote que encarna a Cristo en la liturgia. pero no voy a hablaros en esta ocasión de Cristo ni de la Cuaresma, sino del Sacerdote.

Ya ha quedado anticuada la visión del Cura como un hombre grueso, con mejillas sonrosadas, sombrero redondo y una larga sotana negra, al que todo el mundo solía besarle la mano.

La vida cambia sus formas y también la Iglesia. Hoy el Sacerdote no es una persona exclusiva de su templo, es un habitante más del pueblo, que se viste como nosotros, se divierte y se mezcla con la gente. Su misión no es apartarse de los gentiles y dedicarse al ayuno; tampoco es un pescador que se dedica a pescar fieles y meterlo en la Iglesia. Es un hombre que lleva el Evangelio al pueblo para que la gente vea que no es necesario ser un "beato" para sentirse cristiano. Tan solo nos basta oír su mensaje que es la palabra de Dios y tenerle presente en nuestra vida diaria. Este es el Sacerdote. Pero.... ¿Y el Cura?. ¿Qué pasa con él?. ¡Ah, eso es harina de otro costal!.

¡Qué fácil nos resulta a veces hablar del Cura!. Quizás porque pida dinero, quizás por algún rumor o tal vez sea que en la homilía ha dicho algo que no nos conviene. No pido que dejemos de hablar con él, pues es una persona con una existencia acaso demasiado pública en la vida del pueblo. Pero lo que sí podríamos hacer es, pensar lo que vamos a decir. ¡Qué no estamos jugando con un símbolo: EL CURA!, si no con una persona como todos nosotros, que posee unos sentimientos y una vida al lado de la nuestra.

Ese famoso: "¿Sabes que el cura....?" debe desaparecer y en manos de los mayores primero y de cada uno de nosotros los jóvenes está el conseguirlo.

Si seguimos analizando las distintas facetas del Sacerdote, nos encontramos con el director espiritual. Las estadísticas entre los jóvenes afirman que después del amigo, la persona idónea para consultar un problema es el Sacerdote. Sin embargo en nuestro pueblo ¿Confió la gente en el Párroco?. No lo sé, pero si puedo afirmar que los jóvenes que saben lo que representa un sacerdote, no ven en él un oráculo, ni un perdona-pecados, sino un verdadero amigo, pues...¿Qué mejor amistad que la del que ha empeñado su vida en salvarte a ti y a tus semejantes.?

Estos tres rasgos, de predicador, ciudadano y amigo y otros muchos más constituyen la persona y la personalidad del ministro de la Iglesia.

Hace muy poco que ha llegado. ¿Otro Cura?.-NO.

Es un nuevo Párroco que viene dispuesto a organizar y dirigir nuestra pequeña comunidad espiritual. Esperamos que arraigue pronto en el pueblo y este con él, para que su labor sera fructífera.

Con estos esperanzadores augurios y en nombre de la juventud frigilianense le damos la más cordial bienvenida a nuestra Villa.


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POR UNAS COFRADIAS MAS SOCIALES



Escribe: Emilio Platero Rojas



Las Cofradías y procesiones constituyen uno de los valores tradicionales que perdura y por lo que nos sentimos orgullosos, por ello la juventud recibe, pero quiere que estas Cofradías se preocupen por problemas no solo religiosos, sino que abarquen también cuestiones de índole social.

Evidentemente, el papel que la juventud desempeña en nuestra Semana Santa es indispensable; en las encuestas realizadas el año pasado se demostró su interés y preocupación por esta tradición religiosas, al tiempo que se aseguraba un futuro halagüeño a nuestras cofradías; pero también pedía que estas, sin perder el cariz religioso llevaran a cabo una serie de obras sociales para que no se limitaran a desfiles procesionales e incluso se ofreció para formar parte de comisiones que estudiaran los Estatutos de estas Cofradías Religiosas para que se preocuparan de otros aspectos como son los sociales, culturales, deportivos, etc.

Lamentablemente nada se ha hecho, todo es ha quedado en un simple proyecto y éste ímpetu juvenil se ha visto frenado por la inactividad y falta de cooperación de los dirigentes y hermanos mayores de las Cofradías los cuales solo se preocupan de arreglar los Santos y ordenar los desfiles; para ello su función como representantes de las Cofradías se reduce a una semana; durante el resto del año su interés es nulo.

Por ello, si queremos reforzar nuestras Cofradías, debemos empezar por colocar en dichos cargos cofradieros a esos hermanos que con su tesón y sacrificio y con el apoyo verdadero de esta juventud (que quiere luchar pero necesita experiencia), trabajar en pro de las Cofradías y en definitiva a través de ella por el desarrollo del pueblo, por eso ¿No crees hermano que sería conveniente elegir nuevos dirigentes que aporten su esfuerzo en algo que a todos nos interesa?. ¿No crees que la inactividad de los actuales no debe consentirse?

Pero en esta aportación que buscamos no quedan excluidas las mujeres que hasta ahora han estado un poco marginadas, su papel es tan importante como el de los propios hermanos e incluso creemos que deberían ocupar cargos dentro de la Cofradía.

No deseamos uno utopía, sino algo que con la unión y el esfuerzo de todos podríamos conseguir: UNAS COFRADIAS MÁS SOCIALES



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LA AUTENTICA REFLEXIÓN

(En memoria de los Hermanos que nos han abandonado para siempre)

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Hay momentos en la vida que invitan a la reflexión, acto que el ser humano no puede evitar por su condición de racionalidad. Pero esta reflexión, necesaria e indispensable para la supervivencia del espíritu, la ponemos en práctica la mayor parte de las veces con el exclusivo objeto de canalizar nuestras afecciones más íntimas y personales intentando despejar la agobiante problematica de nuestra agitada vida actual, lo que la convierte sin lugar a dudas en una "reflexión autopersonal" que redunda solamente en nuestro propio consuelo, en nuestra defensa y en la satisfacción de nuestras apetencias. cuando conocemos solamente este tipo de reflexión y no se conocen otros, el hombre como ser humano no tiene nada que hacer entre los demás; se insensibiliza y se convierte en un elemento neutro sin llegar a la irracionalidad porque este fenómeno no es potencialmente posible en el ser humano.
Tenemos que hacer un pequeño esfuerzo mental y reparar en que nosotros no podemos degradar nuestra condición humana pensando solo en nosotros. Tenemos que pensar en los demás, en el dolor, la tribulación, la dudad y la indecisión de los otros, porque aunque es bien cierto que el tremebundo "Valle de lágrimas" se ha hecho al fin más soportable, se ha humanizado y se ha evaporado en parte, quedan aún lágrimas sueltas, de esas que no se secan tan facilmente al "caer en la arena", que reclaman nuestra mirada, nuestra ayuda y nuestro respeto. Y eso es lo que vamos a hacer hoy, serenamente y sin dramatizar, es decir, sin hacer demagogia sobre el sagrado dolor ajeno, vamos a reflexionar honradamente trayendo a nuestro recuerdo la imagen de un grupo de hombres que se han alejado de nuestra compañía, que han abandonado de una forma brusca y definitiva el mundo que defendieron y que han dejado un vacío infinito de tristeza y confusión en el seno de sus familias.
Todos fueron hermanos fervorosos de Jesús el Nazareno y de la Virgen del Dolor. Lucharon, amaron, se indignaron, peronaron y pecaron, o sea, fueron hombres. Y estos hombres fueron Emilio rojas Navas, el perpetuo Hermano Mayor, disciplinado, exigente, nervioso, que tantas y tantas horas de su vida sacrificó a las exigencias de su Nazareno; Manuel López Rodríguez, también Hermano Mayor que nunca faltó en la Soledad y que ha vestido su hábito negro hasta el mismo año de su muerte; Blas Acosta Arrabal, con su sonrisa permanente, su estandarte al hombro, pareciendole siempre todo el mundo bueno; Miguel Jiménez López, Javier Platero Castán, Javier González González, Antonio Prados Agudo y Antonio Martín Noguera, todos ellos filósofos del campo, con sus hábitos negros o morados, portando los tronos o quedándose rezagados en las filas por ir junto a Jesús o la Virgen. Y quién puede dejar de pensar en nuestro amigo Eduardo Agudo Martín, tan cruelmente apartado de nosotros, de su madre, de su esposa, de sus hijos y de su hermano en el trágico accidente que le arrebató la vida en plena juventud. El pueblo se entristeció con su partida y nosotros, compañeros de Hermandad lo recordamos con su cinto brillante, su escapulario sobre el pecho y la cara descubierta dejando caer sobre su hombro el pesado varal de su Virgen de los Dolores que ya jamás llevará.
Cuando estemos este año viviendo la Pasión de Jesús, ante el Monumento, en la Procesión o en nuestra casa,no olvidemos de reflexionar sobre la vida de estos compañeros perdidos. Así conoceremos los valores de la autentica reflexión.


POR LA AGRUPACIÓN DE COFRADIAS
Escribió: Antonio Navas



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