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ANTE LA SEMANA SANTA 1976
Nos hallamos, un año más, en el umbral de la Semana Santa. La Semana Grande de nuestra religión Católica.
En ella conmemoramos los grandes misterios de nuestra Redención, es decir, esa sublime hazaña llevada a cabo por el Hijo de Dios hecho hombre.
Siete días como siete grandes pergaminos en los cuales con tinta divina se hallan escritas las más bellas páginas de la historia de Cristo, la historia de nuestra redención. En ella llega a su cenit el amor de todo un Dios-Hombre en favor y beneficio de toda la humanidad pecadora. En ella palpita el corazón divino que se nos da todo entero en la sagrada Eucaristía como divino recental: "Tomad y comed, ESTO ES MI CUERPO"; que perpetúa su obra benéfica a través de los siglos con la institución del sacerdocio: "Haced esto en memoria mía", que nos impone el nuevo y supremo mandamiento: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Y su rubrica viene de "rubrum" = color rojo, Cristo rubrica su amor hacia todos nosotros con la propia sangre que gota a gota fue derramando camino del Calvario portando sobre sus hombros la pesada cruz de nuestros pecados para morir en ella clavado de pies y manos. ¿Quieres mayor prueba de amor?. No hallarás otra igual en ninguna parte. Te lo aseguro. "La prueba de que Dios nos ama es Cristo, siendo nosotros pecadores, murió por nosotros" (Ad Romanos Cap. 5, vers.8).
FRIGILIANENSE, cuando asistas en estos días en tu parroquia a los actos de culto, cuando visites a Jesús Sacramentado, expuesto a la adoración pública en el Altar del Monumento, con el reconocimiento y fervor que la fe y piedad cristiana te inspiren, agradece a tu Dios el inmenso beneficio que por ti ha hecho.
Cuando veas pasar, transada de dolor, la imagen de Cristo Nazareno con la cruz, y de su Madre la santísima Virgen de los Dolores, por las escabrosas y empinadas calles del pueblo, portadas a hombros de nazarenos vestidos con sus túnicas moradas y negras, expresión de luto y dolor, que tu fe y amor se acrecienten más y más al que tanto hizo por ti..
Y si con el correr de los años tu devoción se ha vuelto un tanto insensible ante estas realidades divinas, pregúntate con el poeta ¿Somos los hombres de hoy los mismos niños de ayer?
Mas no temas por el día triste y la noche lúgubre del Viernes Santo. Por la Cruz a la luz. Después del día del dolor nos espera el gran día de la Pascua de Resurrección. Cristo triunfa de la muerte y de sus enemigos como lo había predicho:"Al tercer día el Hijo del hombre resucitará. sobre la loza que cerraba su sepulcro está escrito: Ha resucitado ALELUYA".
fe en la resurrección de Cristo y esperanza de que tu también resucitarás; he aquí la otra orilla del río de tu vida que te espera, la aspiración suprema de toda alma verdaderamente cristiana.
Os pido a todos asistencia, silencio y excelente comportamiento. Que seamos todos en estos días modelos de ejemplo para todas las personas que, sin duda, nos visitarán y queden admirados de nuestra de y piedad cristiana.
En ella conmemoramos los grandes misterios de nuestra Redención, es decir, esa sublime hazaña llevada a cabo por el Hijo de Dios hecho hombre.
Siete días como siete grandes pergaminos en los cuales con tinta divina se hallan escritas las más bellas páginas de la historia de Cristo, la historia de nuestra redención. En ella llega a su cenit el amor de todo un Dios-Hombre en favor y beneficio de toda la humanidad pecadora. En ella palpita el corazón divino que se nos da todo entero en la sagrada Eucaristía como divino recental: "Tomad y comed, ESTO ES MI CUERPO"; que perpetúa su obra benéfica a través de los siglos con la institución del sacerdocio: "Haced esto en memoria mía", que nos impone el nuevo y supremo mandamiento: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Y su rubrica viene de "rubrum" = color rojo, Cristo rubrica su amor hacia todos nosotros con la propia sangre que gota a gota fue derramando camino del Calvario portando sobre sus hombros la pesada cruz de nuestros pecados para morir en ella clavado de pies y manos. ¿Quieres mayor prueba de amor?. No hallarás otra igual en ninguna parte. Te lo aseguro. "La prueba de que Dios nos ama es Cristo, siendo nosotros pecadores, murió por nosotros" (Ad Romanos Cap. 5, vers.8).
FRIGILIANENSE, cuando asistas en estos días en tu parroquia a los actos de culto, cuando visites a Jesús Sacramentado, expuesto a la adoración pública en el Altar del Monumento, con el reconocimiento y fervor que la fe y piedad cristiana te inspiren, agradece a tu Dios el inmenso beneficio que por ti ha hecho.
Cuando veas pasar, transada de dolor, la imagen de Cristo Nazareno con la cruz, y de su Madre la santísima Virgen de los Dolores, por las escabrosas y empinadas calles del pueblo, portadas a hombros de nazarenos vestidos con sus túnicas moradas y negras, expresión de luto y dolor, que tu fe y amor se acrecienten más y más al que tanto hizo por ti..
Y si con el correr de los años tu devoción se ha vuelto un tanto insensible ante estas realidades divinas, pregúntate con el poeta ¿Somos los hombres de hoy los mismos niños de ayer?
Mas no temas por el día triste y la noche lúgubre del Viernes Santo. Por la Cruz a la luz. Después del día del dolor nos espera el gran día de la Pascua de Resurrección. Cristo triunfa de la muerte y de sus enemigos como lo había predicho:"Al tercer día el Hijo del hombre resucitará. sobre la loza que cerraba su sepulcro está escrito: Ha resucitado ALELUYA".
fe en la resurrección de Cristo y esperanza de que tu también resucitarás; he aquí la otra orilla del río de tu vida que te espera, la aspiración suprema de toda alma verdaderamente cristiana.
Os pido a todos asistencia, silencio y excelente comportamiento. Que seamos todos en estos días modelos de ejemplo para todas las personas que, sin duda, nos visitarán y queden admirados de nuestra de y piedad cristiana.
VUESTRO PÁRROCO
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Interior de la portada del Programa
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PERDÓN
A los pies de tu Cruz, Señor, postrado,
vengo a implorarte, humilde perdón.
Mas al verte traspasado el corazón,
con las sienes de espinas coronado
y de manos y pies, por mi clavado,
he aprendido esta mística lección:
amor y perdón necesarios son
para perdonar y sentirse perdonado.
Señor, que estás por mí crucificado
con tus brazos abiertos, preparados
para enseñar a amar y perdonar,
que mi amor sea de perdón mezclado,
que aprenda yo a amar y perdonar
para sentirme amado y perdonado.
A los pies de tu Cruz, Señor, postrado,
vengo a implorarte, humilde perdón.
Mas al verte traspasado el corazón,
con las sienes de espinas coronado
y de manos y pies, por mi clavado,
he aprendido esta mística lección:
amor y perdón necesarios son
para perdonar y sentirse perdonado.
Señor, que estás por mí crucificado
con tus brazos abiertos, preparados
para enseñar a amar y perdonar,
que mi amor sea de perdón mezclado,
que aprenda yo a amar y perdonar
para sentirme amado y perdonado.
AVELINO GRANADO
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DESCENSO DE LA PROCESIÓN DESDE EL BARRIO ALTO
En la noche de primavera,
noche fría, del cielo sin estrellas,
vino bajando despacio, despacio,
la procesión de Semana Santa.
Es el Paso de Cristo en la Cruz.
Todo está oscuro, silencioso y frío;
el Paso descansa, se detiene.
Solo se ve alumnbrada
la figura del Cristo en la Cruz:
Puero resplandor
en el cielo negro y aterciopelado.
todas las miradas convergen en Cristo.
El Paso continua, despacio, despacio;
ahora, se bajan las miradas,
y la brisa levantada
hace vacilar los cirios encendidos.
ANA DOLORES GARCÍA LÓPEZ
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noche fría, del cielo sin estrellas,
vino bajando despacio, despacio,
la procesión de Semana Santa.
Es el Paso de Cristo en la Cruz.
Todo está oscuro, silencioso y frío;
el Paso descansa, se detiene.
Solo se ve alumnbrada
la figura del Cristo en la Cruz:
Puero resplandor
en el cielo negro y aterciopelado.
todas las miradas convergen en Cristo.
El Paso continua, despacio, despacio;
ahora, se bajan las miradas,
y la brisa levantada
hace vacilar los cirios encendidos.
ANA DOLORES GARCÍA LÓPEZ
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DEMOS AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR.... Y A LA MUJER LO QUE ES DE LA MUJER
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Por Emilio Platero Rojas
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De todas las procesiones que como auténticas reliquias conservamos y tratamos de fomentar, es la SOLEDAD la que nos caracteriza y mayor originalidad da a nuestra Semana Santa. Sin duda a esta Procesión, la mujer con sus cantos, s u mayor recogimiento y delicadeza, va a darle un encanto del que carecen otras.
Pues resulta evidente que en nuestro pueblo, la mujer capta mejor que el hombre la religiosidad de estos actos, como lo prueba el hecho de que son ellas , la mayoría de quienes van, a las procesiones que se celebran durante el año, que el número de hermanas supere el doble de las dos cofradías masculinas, que sea practicamente la totalidad de las mujeres de nuestra Villa, las que olvidandose por unos momentos de la tarea que las esclaviza durante todo el año, van a portar el brazalete, todas sin distinción de edades, desde la niña feliz que por primera vez lo lleva en su brazo y se siente orgullosa de hacer lo que sus mayores, hasta la que ayudada por su vecina paa poder andar por las calles quiere seguir haciendo lo que para ella es un deber: Acompañar a la Virgen.
Pero a pesar de que la mujer constituye el alma de nuestras procesiones, su labor se ha limitado a sus desfiles procesionales, a la hora de organizar, de dirigir nuestras Cofradías, ha quedado relegada, pues ha sido el hombre el que, pensando que no está capacitada para ello, ha sido quien se ha encargado de dirigir a las que según él, no sirven para eso.
Parte de culpa la ha tenido ella misma, que se ha resignado y se ha limitado a hacer lo que se le ha dejado, acatando y aceptando todo lo que se le ha impuesto; por eso nunca ha contado con la oportunidad de demostrar sus cualidades, de demostrar que puede organizarse y dirigirse ella sola, en definitiva, de demostrar que ni solo sirve para ama de casa.
El hombre se ha sentido y se sigue sintiendo superior a la mujer, y si bien es cierto que en los últimos años y a nivel nacional es grande la labor que lleva a cabo la mujer de liberación y de igualdad en muchos aspectos, no es me nos cierto que en nuestro pueblo esta desigualdad es algo patente. El hombre se siente con más derecho, con libertad para hacer cosas, que realizadas por la mujer supondría una falta grave; si observamos a los matrimonios pasados ya los primeros años de romanticismo, es solo él, el que tras su jornada laboral puede descansar del duro trabajo, mientras que su mujer permanece día tras día entre las cuatro paredes de su casa, porque ¿cuántos de estos maridos sacas un domingo por la tarde a su esposa?, desgraciadamente se pueden contar con los dedos de una mano; para ellos la mujer, más que una compañera es una esclava, y como éstos, los casos en los que hay desigualdad entre ambos sexos, son abu ndantes.
Por eso, intentando dar a la mujer lo que es de la mujer, y de poner nuestro grano de arena en el año internacional de la mujer, aunque sea con retraso, se le ofrece la oportunidad de reunirse como los hombres, de elegir sus cargos en la Cofradía como los hombres, en fin, dirigirse y organizarse como los hombres.
Confiemos en que las mujeres sabrán aprovechar esta ocasión, para poder demostrar lo que valen y de lo que es capaz, que está tan capacitada como el hombre y dar una lección a los que desconfían de ella, y enorgullecerse de que ya los pantalones no solo lo llevan los hombres.
Pues resulta evidente que en nuestro pueblo, la mujer capta mejor que el hombre la religiosidad de estos actos, como lo prueba el hecho de que son ellas , la mayoría de quienes van, a las procesiones que se celebran durante el año, que el número de hermanas supere el doble de las dos cofradías masculinas, que sea practicamente la totalidad de las mujeres de nuestra Villa, las que olvidandose por unos momentos de la tarea que las esclaviza durante todo el año, van a portar el brazalete, todas sin distinción de edades, desde la niña feliz que por primera vez lo lleva en su brazo y se siente orgullosa de hacer lo que sus mayores, hasta la que ayudada por su vecina paa poder andar por las calles quiere seguir haciendo lo que para ella es un deber: Acompañar a la Virgen.
Pero a pesar de que la mujer constituye el alma de nuestras procesiones, su labor se ha limitado a sus desfiles procesionales, a la hora de organizar, de dirigir nuestras Cofradías, ha quedado relegada, pues ha sido el hombre el que, pensando que no está capacitada para ello, ha sido quien se ha encargado de dirigir a las que según él, no sirven para eso.
Parte de culpa la ha tenido ella misma, que se ha resignado y se ha limitado a hacer lo que se le ha dejado, acatando y aceptando todo lo que se le ha impuesto; por eso nunca ha contado con la oportunidad de demostrar sus cualidades, de demostrar que puede organizarse y dirigirse ella sola, en definitiva, de demostrar que ni solo sirve para ama de casa.
El hombre se ha sentido y se sigue sintiendo superior a la mujer, y si bien es cierto que en los últimos años y a nivel nacional es grande la labor que lleva a cabo la mujer de liberación y de igualdad en muchos aspectos, no es me nos cierto que en nuestro pueblo esta desigualdad es algo patente. El hombre se siente con más derecho, con libertad para hacer cosas, que realizadas por la mujer supondría una falta grave; si observamos a los matrimonios pasados ya los primeros años de romanticismo, es solo él, el que tras su jornada laboral puede descansar del duro trabajo, mientras que su mujer permanece día tras día entre las cuatro paredes de su casa, porque ¿cuántos de estos maridos sacas un domingo por la tarde a su esposa?, desgraciadamente se pueden contar con los dedos de una mano; para ellos la mujer, más que una compañera es una esclava, y como éstos, los casos en los que hay desigualdad entre ambos sexos, son abu ndantes.
Por eso, intentando dar a la mujer lo que es de la mujer, y de poner nuestro grano de arena en el año internacional de la mujer, aunque sea con retraso, se le ofrece la oportunidad de reunirse como los hombres, de elegir sus cargos en la Cofradía como los hombres, en fin, dirigirse y organizarse como los hombres.
Confiemos en que las mujeres sabrán aprovechar esta ocasión, para poder demostrar lo que valen y de lo que es capaz, que está tan capacitada como el hombre y dar una lección a los que desconfían de ella, y enorgullecerse de que ya los pantalones no solo lo llevan los hombres.
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:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::(contraportada del programa)
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